Las claves para que profesionales con doctorado puedan insertarse en el sector productivo del país
Expertos plantean realizar cambios a nivel de la formación de doctores, mirar la experiencia europea y trabajar colaborativamente con la industria. La ANID evalúa reformular su programa de reinserción de capital humano avanzado, para lo cual están mirando modelos internacionales.
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El Centro de Investigación e Innovación de Viña Concha y Toro, en la región del Maule, fue el lugar escogido por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) para analizar, con el ecosistema, el aporte de la inserción de doctores (PhD) al sector productivo.
En la instancia, se abordaron propuestas para mejorar la incorporación de doctores en empresas, en un contexto donde apenas un 7,5% de estos perfiles graduados en Chile llega al sector productivo, según la entidad organizadora.
La directora ejecutiva de la ANID, Alejandra Pizarro, señaló que esta cifra, representa un desafío “sumamente importante” y planteó que para elevarla, se necesita que las universidades fortalezcan los programas de doctorado para que impacten “efectivamente” en la industria; que las empresas, fundaciones y centros tecnológicos valoren e inviertan en doctores para responder a los desafíos de competitividad y sostenibilidad; y que entidades como la ANID mantengan el foco en iniciativas que sensibilicen al sector empresarial, desde la micro hasta las grandes, para incorporar doctores.
“El Estado posee recursos limitados y solo puede impulsar y gatillar algunas transformaciones. Por ello, necesitamos a las universidades y empresas para materializar y propiciar cambios culturales, estructurales y consistentes”, dijo Pizarro.
Durante el encuentro, el debate para mejorar la participación de doctores en la industria tuvo un denominador común: la formación de estos perfiles.
El presidente de la Comisión de Posgrado del Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH), Diego Cosmelli, dijo que es importante observar modelos de algunos países europeos que han implementado sistemas de formación que se trabajan colaborativamente con la industria.
Señaló que en Chile existen muy pocos programas que apuntan en esta dirección, los que tienen como principales características que no tienen cursos de disciplina y están pensados en base a una vinculación previa y un patrocinio del sector público. “La mitad del tiempo de la tesis se trabaja en la industria”, dijo Cosmelli.
Agregó que para avanzar y “llegar lejos” se requiere una mirada de largo plazo y compromiso, “ y para eso, tienen que estar involucrados los tomadores de decisiones de la industria”, acotó.
Para Cosmelli, las universidades deben tener una cierta flexibilización que hasta ahora no han tenido, siguiendo las lecciones de modelos europeos. También hizo un llamado a que los sistemas de financiamiento requieren de una reflexión que apunte al largo plazo.
En tanto, la seremi de Ciencias de la Macrozona Centro Sur, Sofía Valenzuela, comentó que es importante que el capital de riesgo fluya para invertir en proyectos que tendrán un impacto en el largo plazo y que los doctores deben trabajar en diversas áreas de formación para operar colaborativamente. Además, dijo que para el Gobierno la descentralización constituye un eje clave en esta materia.
Mientras que el fundador y CEO de la startup Luyef Biotechnologies, Kris Blanchard, planteó que los doctores deben tener acceso o enfrentarse con empresas desde los comienzos de su formación, pues la cultura de trabajo “es muy distinta”.
Programa de capital humano avanzado
En 2009 partió el Programa de Atracción e Inserción de Capital Humano Avanzado bajo el alero de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnología (Conicyt), la que luego se transformó en la ANID, para apoyar la inserción de doctores en el sector productivo con dos líneas de acción: la inserción como tal, y durante el proceso de tesis.
El programa entrega un subsidio a las empresas para cubrir parte de la remuneración del doctor por hasta 24 meses. En los dos últimos llamados de 2021 y 2022 se aprobaron 9 y 11 proyectos, respectivamente, con una tasa de adjudicación del 15,7% y 32,3% para cada año.
Actualmente la ANID está trabajando con el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación en la convocatoria de 2023, la que será ejecutada en 2024.
El programa ha recibido críticas por su bajo impacto, frente a lo cual Pizarro defendió el instrumento y calificó como “exitosas” las últimas dos convocatorias de la agencia.
La directora también deslizó una crítica hacia las empresas en vista de que hoy solo aportarían un tercio del total de inversión en investigación y desarrollo, argumentando que la innovación de base científica tecnológica “no ha sido un factor gravitante” para estas.
Respecto de una reformulación del programa, dijo que si bien esto “aún no está del todo zanjado”, evalúan incluir una nueva línea de acción para que las instituciones del sector público puedan postular proyectos e insertar doctores con el fin de generar políticas públicas, algo “inédito” hasta ahora.
En esa línea, comentó que para fortalecer el instrumento de inserción también han estado tomando nota de modelos internacionales, sin mencionar uno puntual.